La conciencia es soluble en alcohol - Riane Eisler -
>> domingo, 27 de junio de 2010
No cabe duda que el alcohol es algo importante en nuestras vidas. Miles de historias se suceden en el mundo cuyo protagonista preferente son las llamadas bebidas espirituosas. Ron, Wishky, Vodka, Ginebra, y un largo etcétera de grados se mezclan en nuestros vasos dispuestos para ser digeridos en cualquier ocasión que lo creamos conveniente.
Ayer mismo, un sábado normal y corriente, con leves excusas de que es verano o he sacado buena nota en Selectividad, fui un españolito más de los millones que beben su lote cada fin de semana.
Me gusta beber. Nunca me ha desagradado el sabor del alcohol (cuando está en su punto) y llevo ya varios años desde que empecé el primer cubata.
Sin embargo, anoche fue una de las noches más desagradables de mi vida. Normalmente me suele caer bien el alcohol, pero ayer, entre la velocidad o la sed; o simplemente que me cayó mal, me puse bastante descompuesto. No era ni muy tarde y ya mi cuerpo caminaba ladeado, decía bastantes necedades y el vómito no tardó en manifestarse.
Notaba como el tiempo pasaba y cada vez empeoraba más. Cuando calculé que era el momento de parar y supe que me había pasado, me fui directamente a su casa. No sé cómo realicé el camino de vuelta, pero cuando me di cuenta ya estaba en mi portón, con un mareo enorme. Intenté recomponerme para entrar en casa, pero no podía. Tal era la cantidad de alcohol que debía circular por mi cuerpo que, al acostarme, me sentía en una noria. Todo giraba y la sensación de círculos concéntricos me invitó a devolver, vía oral, todo el ron que bebí. Conseguí dormirme, pero los minutos previos al sueño los pasé cuestionándome una de las preguntas más existenciales que han pasado por mi mente: ¿Por qué seguimos bebiendo tras pasar borracheras tan desagradables? ¿Por qué recaemos? Las siguientes horas se pasaron con un profundo sueño que me hizo olvidar tanto dolor/cansancio/fatiga.
A la mañana siguiente, no obstante, el sabor a podrido en la boca, el fuerte dolor de cabeza y los rugidos mortuorios de mi estómago me recordaron una de esas noches que quieres olvidar. Pero recaeré, volveré a beber, soy humano, ante todo.
2 comentarios:
Oh diablos! Así me siento ahora mismo. Buenas noches.
Oh diablos! Así me siento ahora mismo. Buenas noches.
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