Bienvenidos

Yquetaldesdeotropuntodevista es otro. Estando ya en otros horizontes y viendo las cosas con un poco más de madurez, los pensamientos que a veces se quedan en el aire recorren las gotas de ese zumo que nunca exprimimos. Los porqués, las musas, las inspiraciones, los gustos, el amor, los amigos, el sexo y los sueños viajan fugazmente en ese espacio que nos rodea. Nuestro espacio, tu espacio, siempre para contar y compartir.
Las soluciones bajo enfoques distintos pueden dar mejor resultado que las propuestas al principio bajo una única perspectiva.

Frase de la Semana

"Si te apetece cómetelo. Y así con todo en la vida"

Última entrada de 2010

>> jueves, 30 de diciembre de 2010

Apenas unas pocas horas para finalizar el año. 2010. Ha sido el año. Sí, ha sido el año. Yquetaldesdeotropuntodevista comenzó en 2010. Fue este el año donde mis pensamientos dejaron de quedarse en el aire, para quedarse aquí, para llegar a todos los que le apetezca sentarse a reflexionar conmigo. Muchos temas, muchas cuestiones, muchas dudas y muchas ilusiones han desafiado mis manos, las teclas de mi portátil, buscando esas palabras tímidas y, quizás, adecuadas. El amor, fundamentalmente, con todas sus variantes: sueños, desvelos, interrogaciones, respuestas. Pero sobre todo, esos pasos previos, ese tonteo, esas mariposas que nacen cuando nacen los sentimientos. Porque para el autor ese es el mejor período de una relación, precisamente cuando no se le llama relación. La amistad, salvaguardada por los amigos de siempre, y los nuevos, los que te aportan nuevos puntos de vista sobre los que pararte a pensar, y los que también dan nombre a este blog. Las canciones, los innumerables videos que he colgado en el blog, videoclips que me encantan, letras de canciones que realmente recogen parte de lo que pensamos. Porque no, nada se cuelga ni se escribe en vano, todo tiene un sentido. Y es de idiotas negarlo. Y los viajes, los tres grandes destinos que he pisado este año. Tres ciudades que han aportado sensaciones, recuerdos y risas, todas ellas empaquetadas aquí.

Y mucho más que queda por contar. Ahora recuerdo la primera entrada: Bichofobia. Cuando tanto bicho me rodeaba y mediante palabras lograba apaciguarlos. Y cada vez más, y más, con nuevos diseños, con nuevos textos, con nuevos sentimientos.

Personalmente, estoy orgulloso de todo lo que he publicado aquí, de todas las personas que directa o indirectamente he nombrado. De los que me he inspirado para exponer lo que pienso y siento.

Sin embargo, lo que verdaderamente me halaga, será el saber que, aunque no sea uno de los blogs más visitados, sé que hay personas que de vez en cuando cliquean en el link, abren la página y se toman unos minutos para leer. Para comprender mejor el mundo en que vivimos y para agradecerme lo que puedo llegar a producirles, y comprobar que los puntos de vista, a veces, coinciden.

Y otro año que viene, otros meses nuevos, otras experiencias. Y aquí estaremos dispuestos a transmitirlo, a dejarlo escrito en algún lado, donde las palabras no se esconden. Que no se dicen, vale, pero tampoco se quedan dentro. Recuerda: Siempre habrá algo que contar y compartir. Siempre.

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Forever young

>> miércoles, 22 de diciembre de 2010

Una bonita canción, una bonita situación

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5 minutos antes de hacer la maleta

5 minutos antes de la cuenta atrás cantaba Mecano hace ya algunos años. Yo, hoy, a 5 minutos de empezar a hacer la maleta para pasar las Navidades en mi pueblo, me pongo a pensar.
Sí, me pongo a pensar, a reflexionar un poco. A valorar todo este año, todas las cosas que han pasado, cómo he evolucionado yo, mis perspectivas, mi vida en general.


2010 comenzó hace 12 meses. Lleno de ilusión celebré las fiestas con mis amigos de siempre. Ellos, los que conforman mi felicidad entera. Ellos, lo que más quiero. Los desfases que con ellos son únicos, irrepetibles, mágicos. Recuerdo también que fueron unas Navidades cargadas de estudio, con bastantes deberes para después y con las amenazas de Selectividad acechando.
Pasaban los meses, y cada vez me daba más cuenta de lo feliz que era en mi clase de Humanidades. 5 personas maravillosas con las que pasaba horas y compartía agobios, esperanzas, y muchas, muchas risas. Porque aprender las características de la Piedad de Miguel Ángel rodeado de chistes, chismorreos, palomitas, fresas o helados, es aún mucho más dulce. Porque he aprendido a valorar detalles apenas visibles, pero que están ahí; y porque, especialmente, ver las cosas desde otro punto de vista te enriquece mucho más como persona.


El día de las Olimpiadas. Fue un día grande para todos nosotros, donde empezamos a perder un poco el miedo a la Selectividad. El viaje en el coche, inolvidable. Además, ahí fue donde le conocí a él, quien sería mi futuro compañero de piso y quien pasaría a convertirse en un gran amigo en el que poder confiar y tener los buenos momentos asegurados. Poco después, el día antes de entrar a la facultad, llegaría el otro. Ese otro chico que sació mis nervios con chupitos y pasos flamencos. Y que juntos conformamos esta pequeña casita.


Dispuesto a pasar un verano increíble. Y así fue. Con buenas notas se abrían ante mi 3 países por descubrir: París, una ciudad mágica, con mis padres. Un viaje con ellos, porque no sé si volveré a realizar otro, y porque quería alejarme un poco con las personas más importantes para mi. Bulgaria, una aventura exótica, alocada, adolescente. 3 amigas, 2 monitoras y yo. Gente de otros países, risas internacionales, amistades extranjeras donde se puso de manifiesto que los sentimientos no entienden de idiomas. Calor, mucha calor, pero mucha satisfacción. Inglaterra, y directamente a su capital: Londres. 3 semanas con mis amigos. No todos, desafortunadamente, pero la mayoría nos embarcamos en un viaje, libres de toda norma, solos ante una ciudad que nos aguardaba. Una puesta a prueba de la resistencia emocional de cada uno, pero con la recompensa de que tanto lo bueno, como lo malo, lo pasamos juntos, como siempre.
Porque repito, son ellos: La italiana, la psicoanalista, el cuello con mejor olor del mundo, mi algodón de azúcar, mi compañera de fotos porno, mi gritona favorita, el bailaó desfasado, el cantante, el fashion, mi Hello Kitty y la niña de los agobios. Ellos forman parte de ese espacio donde siempre quiero permanecer, junto a otros muchos apodos como mi tocayo, mi loca, mi porna, mis abracitos favoritos, mi amante ... un sinfín de nombres.
Y un sinfín de nervios que tenía ese ansiado primer día.


La facultad. Palabra tan corta pero con tanto significado. Un gran cambio en la vida de cualquiera. Una nueva ciudad, una nueva independencia. Y lo mejor: nuevas personas. Personas que, afortunadamente, con el paso de los días han ido haciéndose hueco en ese paraíso del que no quiero escapar. Personas que están contigo, en tu clase.

Periodistas que compartimos mucha ilusión, muchas ganas y muchas risas. Mi rayante niña favorita, que es una lianta y una experta en comerse/comerte la cabeza, pero que ha pasado a ser una persona muy importante en mi vida, porque su belleza es enorme, pero su corazón más. Porque es ella, especial y única; mi cruz alta, o de arriba, o cómo se diga, en definitiva mi Cas de limón, una niña excelente y una persona admirable; mi rapera profesional, amante de Eminem, pero que a mi me tiene loco con su forma de ser; mi pija de Zara, pero al fin y al cabo, mi pija. Un amor de persona, un tonel de cariño y ternura interminable que me tienen plenamente enamorado; mi niña en busca y captura, la que casi no aparece, pero que nunca desaparece de mi pensamiento; mis rizos favoritos, los de mi Natalia; mi apertura vocálica preferida, quien da ese toque gracioso a cualquier situación, y que sea agradece; el abuso del personaje del sosio-servesita, un pollo de cuidado; el osito grande de Bormujos, una persona increíble, a la vez que la Vicky; mi fotógrafa especial, la que sin decirte "patata" te saca una sonrisa. Y otras tantas personas cuya presencia te anima el día: Lele, Elenita, Ángela, Bea, Claudia... muchos. Y cómo no olvidar el ala oeste de la clase. Esas niñas encantadoras, dulces, cariñosas. Mi esposa Pilar, mi amante y compañera de trastadas Mar, mi rubia bonita Conso, la delegá y su gorro de perrito, la alemana que me encanta que me hable en alemán, y todas las que forman esa pandilla tan graciosa.


2010 ha sido un año estupendo, quizás e mejor de mi vida, con grandes cambios que apenas intuía desde su comienzo, pero que nos dejan claro que todo tiene un final, afortunada o desafortunadamente. A veces las cosas no salen como planeamos, y nos enfadamos con nosotros mismos, pero la realidad si algo tiene, es que no se puede cambiar. Y debemos hacer frente a ello, aunque nunca olvidemos, pero intentar salir adelante. Cuando una puerta se cierra, se abre una ventana.
Todas estas personas, todo este texto, precisamente todo esto sale hoy de mis manos. Y de mucho más adentro. Un chico que ahora comenzará a empaquetar ropa, folios, libros, zapatos en una maleta. Pero que también dejará espacio para todos aquellos recuerdos y sentimientos que viajan conmigo continuamente, para acordarme de vosotros estas fiestas, para desearos una feliz Navidad y para ansiar que sea ya día 10 y veros de nuevo. Para seguir viviendo esta vida, con vosotros como elemento fundamental en ella.

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Ways

>> domingo, 19 de diciembre de 2010

A veces hacemos cosas no para que
los demás las acepten o las comprendan, sino porque realmente necesitamos hacerlas. No temas por los caminos que te apetece coger, tú te mereces ser feliz
:)

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Ganas

>> miércoles, 15 de diciembre de 2010

Hacer algo.
Querer hacer algo y saber que eso cambiará radicalmente tu vida.
No es por cobardía, quieres atreverte. Pero es fuerte, extraño, en definitiva, nuevo.
¿Quién le teme a lo nuevo? Este blog no, ya lo dejó claro hace tiempo. A veces es mejor olvidar y seguir para adelante, sobre todo si llegan nuevas oportunidades.
Hay que olvidar el pasado, y dejar de preocuparnos tanto en el futuro, eso dicen. Eso dicen los que saben. Pero cuando sabes que las consecuencias pueden ser enormes, ¿cómo actuar? Nadie dice que sean malas consecuencias, al contrario. Lo que pasa que son como bombas, en tu mano, dispuestas a explotar.
Sin duda, es mejor arriesgarse. Quién no lo hace, no gana. Así de simple, todo es simple al fin y al cabo, los complicados somos nosotros.

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Parábola del panadero

>> miércoles, 8 de diciembre de 2010

Cuenta la leyenda la existencia de un panadero cuya meta en la vida era, exclusivamente, hacer pan. Disponía de todos los ingredientes: harina de alta calidad, agua potable y mineralizada, sal con el grado adecuado de salinidad y un horno con la suficiente potencia para hornear.
Sus clientes, fieles y agradecidos, consumían su pan, porque no les hacía falta comprar otro, ya que apostaban por la calidad que el panadero les ofrecía. Sin embargo, lo que sucedía, es que los clientes no le pagaban. Entraban a su tienda, y al coger cada uno su pan, veían la cara de felicidad que el panadero les ponía. Porque al panadero lo que más feliz le hacía era ver cómo su producto era bien acogido por los demás: sonreía por los demás, por verles feliz al comer. Los clientes, quizás inocentes, pensaban que ya que el panadero no ponía precio a sus productos, pues que no costaban nada. Ellos veían el llevarse el pan como un bien que le hacían al panadero, quién aun así no les ponía ninguna pega y se aferraba a las sonrisas que le brindaban.
Al principio esto no le importaba, la satisfacción se imponía a sus intereses. Y él sobrevivía así.
Un día, una persona que acababa de conocer, le preguntó a qué se dedicaba. El panadero, gustoso y orgulloso respondió: ¡PANADERO! La persona discrepó, y le dijo: Panadero es un oficio, un trabajo. Panadero es el que cobra por su servicio. Tú sólo haces pan, pan para los demás.
Puede ser que fuese en ese momento cuando el panadero abrió los ojos. Justo cuando una persona desconocida le mostró lo que no había querido ver, fue ahí cuando se percató que la harina se estaba agotando, ya apenas quedaba agua, la sal desapareció de su vida y el horno estaba sobrecalentado. Triste, muy triste, se dio cuenta que había hecho feliz a las personas, pero que esas personas no se habían preocupado en hacerle feliz a él. Porque las sonrisas no lo son todo, ni que lo tengan como al número uno del pan. Nadie se preocupó de preguntarle nunca cómo había dormido esa noche, cómo le iba el negocio o si necesitaba algo. Solamente veían el pan. Y el día que el panadero le puso precio a su pan, le costó mucho, pero tuvo que hacerlo. Y entonces fue ahí cuando se convirtió en uno más. No sabía si tendría clientes, si le iría bien todo, pero decidió arriesgarse. Quiso transformarse en otro más, con la puerta de su tienda abierta, para que entre quien quiera.

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No es más fuerta la razón porque se diga a gritos

Sólo los tontos tienen muchas amistades

El pez globo se hincha cuando se asusta o se enfada

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