Lo merecemos
>> viernes, 21 de mayo de 2010
Acabo de echar la llave al cajón de los problemas. Ahora mismo lo he hecho. Creo que hoy deben estar guardados.
No he comido mi plato favorito, no me he comprado nada nuevo hoy. No he cumplido los 18 años ni tampoco tengo esta noche una super fiesta. Tampoco ha hecho mi padre hoy una venta extraordinaria, ni a mi madre le han tocado los cupones. No me ha salido nada en los rascas, ni me ha llegado el mensaje de la beca. No es mi cumpleaños. No he estado en ningún concierto, ni he soñado hoy con Elsa Pataky.
Sin embargo, hoy es un día feliz en mi vida.
Hoy me he enterado que soy uno más de los que han recibido la MATRÍCULA DE HONOR.
Para muchos no significa nada. Sólo es un premio más para los empollones.
Para mi, y creo que para los otros cuatro compañeros que la han recibido, es algo más. No sólo un papel, con tu nombre, no sólo una cuenta bancaria. Es algo que va más allá. Es una manera de gratificar tantas horas en una habitación, tantos folios usados, tantos bolígrafos gastados, tantos libros ojeados, tantas fotocopias compradas, tantos madrugones... Para nada engloba todo el esfuerzo dedicado para conseguirla, pero sí nos sirve para saber que Melania Cabezas, Alberto Carabot, Carlos Cuéllar, Javier Fatou e Inma Sígler - nombres ordenados alfabéticamente, para que nadie piense que unos van antes que otros ni ninguna tontería/niñez/estupidez de ese tipo -, somos unos CAMPEONES. Y esto es algo que nadie nos lo puede quitar, pues nosotros sí sabemos lo que verdaderamente significa.
* Para todos los que, humildemente, sonreímos al tararear: ¡Nos hemos coronao, nos hemos coronao! :)
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