Premio a la Excelencia
>> miércoles, 29 de septiembre de 2010
Nunca antes entrar al correo electrónico fue tan gratificante para mi.
Hace unos días, y a las tantas de la noche, justo antes de dormir, quise ver el hotmail. Puse la contraseña, cargó y cliqueé en un mensaje de la Universidad de Sevilla.
Como de costumbre, esperaba sin ánimo alguna oferta publicitaria o algún curso sin interés alguno por mi parte. Sin embargo, albergaba un contenido muy diferente.
Por estudiar. Sólo por estudiar y ambiciar cada día como siempre he hecho. Por esta cabecita que papá y mamá me han dado y por esas ganas que siempre he tenido. Quizá por haber escogido bien el bachillerato, por haber amado cada asignatura como he hecho, por haberme divertido aprendiendo y por haber sabido controlar los nervios de Selectividad.
Por eso y sólo por eso, la facultad me da un premio. Un premio a los 30 que mejor notas de Selectividad han tenido. Un premio a los 30 que dedican parte de su tiempo a madurar y a formarse como personas.
¿Y cuál es el premio?
Materialmente 550 euros y un Ipad. Materialmente claro. Aunque para mi, y espero que para todos los que lo reciban, es algo más. Que soy muy feliz con eso, sí. Que tengo suerte, también. Pero recibir algo a cambio de tanto esfuerzo gratifica mucho. Y bastante.
Aún no sé a qué dedicaré ese dinero. Lo que sé es que me lo he ganado yo. Únicamente yo.
Me lo da la Universidad de Sevilla. Y para nada quiero que vuelva a ella. No quiero usarlo en fotocopias, ni en carnets, ni en el piso. No quiero ni libros ni cursos. No quiero nada que vincule este dinero a Sevilla. Es mío. Para mi. Y como tal debo disfrutarlo yo. ¿Ir a Edimburgo en Navidad o a Andorra a un balneario? Aún no lo tengo claro, pero sé que lo que decida realizar con ese dinero gustará tanto a mi cuerpo como a mi mente.
Con todo esto, y sin necesidad de dar envidia a nadie, deseo que la persona que se pase por mi blog (lo cual agradezco) y lea esta entrada, reflexione. Si está estudiando, que se esfuerce. Que se preocupe por lo que hace, que le dedique empeño e ilusión.
No sabéis lo que compensa el sacar buenas notas. Pago de la matrícula de la facultad, menciones especiales, el premio de ahora... Todo por echar un poco más cada día.
Tanto que pagamos a tantos, viene muy bien recibir algo a cambio. Nadie da nada, todo cuesta algo y satisfacen mucho estas alegrías. Y el dinero es lo menos importante, se acaba. Pero los recuerdos perduran, siempre. Los buenos recuerdos claro.
Hace unos días, y a las tantas de la noche, justo antes de dormir, quise ver el hotmail. Puse la contraseña, cargó y cliqueé en un mensaje de la Universidad de Sevilla.
Como de costumbre, esperaba sin ánimo alguna oferta publicitaria o algún curso sin interés alguno por mi parte. Sin embargo, albergaba un contenido muy diferente.
Por estudiar. Sólo por estudiar y ambiciar cada día como siempre he hecho. Por esta cabecita que papá y mamá me han dado y por esas ganas que siempre he tenido. Quizá por haber escogido bien el bachillerato, por haber amado cada asignatura como he hecho, por haberme divertido aprendiendo y por haber sabido controlar los nervios de Selectividad.
Por eso y sólo por eso, la facultad me da un premio. Un premio a los 30 que mejor notas de Selectividad han tenido. Un premio a los 30 que dedican parte de su tiempo a madurar y a formarse como personas.
¿Y cuál es el premio?
Materialmente 550 euros y un Ipad. Materialmente claro. Aunque para mi, y espero que para todos los que lo reciban, es algo más. Que soy muy feliz con eso, sí. Que tengo suerte, también. Pero recibir algo a cambio de tanto esfuerzo gratifica mucho. Y bastante.
Aún no sé a qué dedicaré ese dinero. Lo que sé es que me lo he ganado yo. Únicamente yo.
Me lo da la Universidad de Sevilla. Y para nada quiero que vuelva a ella. No quiero usarlo en fotocopias, ni en carnets, ni en el piso. No quiero ni libros ni cursos. No quiero nada que vincule este dinero a Sevilla. Es mío. Para mi. Y como tal debo disfrutarlo yo. ¿Ir a Edimburgo en Navidad o a Andorra a un balneario? Aún no lo tengo claro, pero sé que lo que decida realizar con ese dinero gustará tanto a mi cuerpo como a mi mente.
Con todo esto, y sin necesidad de dar envidia a nadie, deseo que la persona que se pase por mi blog (lo cual agradezco) y lea esta entrada, reflexione. Si está estudiando, que se esfuerce. Que se preocupe por lo que hace, que le dedique empeño e ilusión.
No sabéis lo que compensa el sacar buenas notas. Pago de la matrícula de la facultad, menciones especiales, el premio de ahora... Todo por echar un poco más cada día.
Tanto que pagamos a tantos, viene muy bien recibir algo a cambio. Nadie da nada, todo cuesta algo y satisfacen mucho estas alegrías. Y el dinero es lo menos importante, se acaba. Pero los recuerdos perduran, siempre. Los buenos recuerdos claro.
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