Tenemos que hablar
>> sábado, 1 de septiembre de 2012
España, ven, siéntate un momento. Solo te quiero comentar una cosa, ven.
A ver, esto, quiero explicarte muchas cosas. Ahora mismo siento muchas cosas y no sé si mis palabras van a transmitir lo que verdaderamente pienso. Solo escúchame, no me interrumpas. Y no te asustes.
Resulta complicado, pero espero que lo entiendas. No quiero irme por las ramas, así que te lo diré sin rodeos: creo que es mejor que nos demos un tiempo.
Tranquila, tranquila, por favor. Déjame explicarte todo.
Estamos bien, te quiero, mucho. He vivido muchas cosas contigo, y no me arrepiento para nada de estos veinte años de relación contigo. 20 años con España, que se dice pronto, ¿verdad?
No dudes de mis sentimientos. No han cambiado. Pero es que he estado pensando y hay ciertas cosas que últimamente estás haciendo que no me gustan. Porque sé que esa no eres tú.
He crecido contigo. Estoy muy orgulloso de la lengua que hablo, de los alimentos que he comido aquí, contigo. De las tardes inolvidables en playas maravillosas. De las tradiciones que hemos ido recorriendo, juntos. De las letras que has dado a lo largo de la historia y de la cultura que has exportado a todo el mundo. Y me gustaste desde el principio. Siempre que no estoy contigo, hablo de ti. Elimino los prejuicios que tienen muchos amigos del mundo e implanto el arte y la esencia española. Tu esencia.
Pero no sé qué te ha pasado. Antes, veía en ti un optimismo cada mañana, unas ganas de luchar y salir adelante, sin hacer caso a esas comunidades autónomas que te hacían bullying. Eras fuerte y sonreías. Ahora, solo veo tristeza y agobio a mi alrededor. Veo impuestos abusivos, desahucios. Miro a mi alrededor y veo grandes cerebros parados en sus casas. Veo muchas tijeras, demasiadas. Veo que hay gente que no tiene nada, y cada vez tiene menos. Colas en los bancos y muchos estudiantes como yo gritándoles. Manifestaciones, enormes manifestaciones que tus propios medios de comunicación acallan. Luchas de compañeros míos por un mundo mejor, por una educación mejor. Tú, que conmigo hablabas de lo que te importaba la educación, la ciencia, los descubrimientos... ahora parece que dejas de lado estos temas y te centras en la manutención de otras personas que estoy seguro que no te quieren.
Espera, tranquila, déjame acabar, por favor.
No te quieren. Tú no eres así. Creo que las personas que te rodean te están aconsejando mal y te hacen tomar decisiones que están alejando a las personas que verdaderamente te quieren y desean un futuro contigo.
Y, a raíz de todo esto, no encontrándome a gusto aquí, me voy a marchar, un tiempo. Van a ser 10 meses. Pero te visitaré, lo prometo. Te prometo que pensaré en ti, siempre. Que voy a hablar de ti al resto, que sepan que vas a superar esto. Y volveré, claro que volveré, yo quiero terminar de crecer contigo, seguir contigo, siempre. Pero espero que en este tiempo reflexiones y te des cuenta que las cosas no pueden continuar así. Y no hagas caso de los rumores, no te estoy dejando por otra, por Francia. A mi no me gusta Francia, me gustas tú. Ella solo es una amiga, al igual que el resto de Europa. Amigas todas que me van a acoger en sus casas para que pueda pensar.
Te quiero, pero me voy. Piensa en todo esto, recapacita, cambia. No quiero perderte, depende de ti.
Te echaré de menos.
Eres grande, única y diferente. Pero esta situación es insostenible para muchos.
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