Competencias
>> jueves, 3 de marzo de 2011
Competir no es llegar primero, ni levantar antes la mano, ni reír antes o después, ni siquiera ver dónde te vas a sentar hoy...
Competir es, son tantas cosas. Competir es levantarte antes que suene el despertador (esos cinco minutos antes, o cuatro, casi siempre son cuatro).
Competir es entrar embelesado mientras te peinas y e intentar dar los buenos días a todas, a todas a la vez, y decirlo de verdad y dulcemente.
Competir es decirle cada día cada vez más lo guapa que están.
Competir es abrazarlas, morderlas, piropearlas.
Competir es que te digan que eres un osito, y te abracen fuerte luego.
Competir es tocarles el pelo, rodearlas con los brazos.
Competir es hacer tonterías en las clases aburridas, pintarlas, ponerles caras feas para que se rían de nuevo. Otra vez más.
Pero, además, competir es saber escuchar, saber hablar, saber dar el brazo a torcer, saber perdonar y saber tomarse la vida con un poco de humor, con un poco de cariño y con un beso en sus caras.
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