Tiempo
>> lunes, 16 de mayo de 2011
Sinceramente creo que no hay nada que pase tan rápido por nuestros caretos y, cuando nos entran las ganas de deternernos a apreciarlo, ya está a mil millones de años luz de nosotros.
El tiempo.
¿Es que acaso no podía tener el día más horas? Sería todo tan, tan, tan .. perfecto. Y precisamente por eso, no puede ser, por esa ley que niega la perfección alguna.
Y es que, aunque hay días que nos da la sensación que hacemos maravillas, justo al otro día se nos tuerce todo de tal manera que los esquemas, planes, recuadros y pensamientos se paralizan y se pierden a tal magnitud que todo esfuerzo logrado se convierte en más camino, y como objeto manifiesto la realidad de que los días pasan, y están más cerca los temidos y putrefactos exámenes.
Noto a mis palabras agobiadas, ¿no os parece?. No, bueno, en realidad yo no soy así, no suelo perder la calma, es bueno que alguien la conserve - al menos en apariencia - para transmitirla a los demás, que lo agradecen. De lo que sí hablo es de la fugacidad del tiempo, como bien nos enseñaron tantos poetas a lo largo de la lírica española. Hablo de lo poco que hace que estaba en
"mi hoyo" y era Septiembre, y de lo pronto que estoy en Sevilla, y es casi Junio ya. Ha pasado todo un año y ¿nos hemos dado cuenta?, en parte sí, hemos ido de un lado a otro, salido de fiesta, conocido lugares nuevos. Hemos merendado en parques, en ríos, hemos ido de compras. Hemos hecho tantas cosas. Pero aún así, los días han ido transcurriendo y ahora me encuentro, después de casi un mes sin escribir, que estoy a mediados de mayo, que en un mes estoy de lleno en exámenes y que al otro estaré, de aquí, muy muy lejos, quizás. ¿Y debo hacer algo? Poco más que transmitir mis sentimientos mediante mi blog. Lo que sí debo hacer es centrarme en estudiar - que lo haré, como hago siempre -, pero es imposible no desviar la mente hasta tantas cosas que nos surcan diariamente. Esas personas que nos tienen tontos - y no la primavera - y todo lo que se bulle en nuestro interior.
Amigos y lectores, tras varias semanas sin escribir, no por falta de ganas sino precisamente de tiempo, me he dado cuenta hoy que siempre hay hueco posible para dedicar unas líneas y desahogarme de los agobios del día a día. Sin embargo, hay tantos deberes que cumplir que se hace difícil encontrar ese hueco. Por eso, si no estoy, si no aparezco, si no escribo, no os preocupéis, no perdáis tiempo en cuestionaros mi ausencia, yo estoy en otra realidad, en una realidad que hay que estudiarla y aprobarla, y si no me equivoco, vosotros también.
El tiempo.
¿Es que acaso no podía tener el día más horas? Sería todo tan, tan, tan .. perfecto. Y precisamente por eso, no puede ser, por esa ley que niega la perfección alguna.
Y es que, aunque hay días que nos da la sensación que hacemos maravillas, justo al otro día se nos tuerce todo de tal manera que los esquemas, planes, recuadros y pensamientos se paralizan y se pierden a tal magnitud que todo esfuerzo logrado se convierte en más camino, y como objeto manifiesto la realidad de que los días pasan, y están más cerca los temidos y putrefactos exámenes.
Noto a mis palabras agobiadas, ¿no os parece?. No, bueno, en realidad yo no soy así, no suelo perder la calma, es bueno que alguien la conserve - al menos en apariencia - para transmitirla a los demás, que lo agradecen. De lo que sí hablo es de la fugacidad del tiempo, como bien nos enseñaron tantos poetas a lo largo de la lírica española. Hablo de lo poco que hace que estaba en
"mi hoyo" y era Septiembre, y de lo pronto que estoy en Sevilla, y es casi Junio ya. Ha pasado todo un año y ¿nos hemos dado cuenta?, en parte sí, hemos ido de un lado a otro, salido de fiesta, conocido lugares nuevos. Hemos merendado en parques, en ríos, hemos ido de compras. Hemos hecho tantas cosas. Pero aún así, los días han ido transcurriendo y ahora me encuentro, después de casi un mes sin escribir, que estoy a mediados de mayo, que en un mes estoy de lleno en exámenes y que al otro estaré, de aquí, muy muy lejos, quizás. ¿Y debo hacer algo? Poco más que transmitir mis sentimientos mediante mi blog. Lo que sí debo hacer es centrarme en estudiar - que lo haré, como hago siempre -, pero es imposible no desviar la mente hasta tantas cosas que nos surcan diariamente. Esas personas que nos tienen tontos - y no la primavera - y todo lo que se bulle en nuestro interior.
Amigos y lectores, tras varias semanas sin escribir, no por falta de ganas sino precisamente de tiempo, me he dado cuenta hoy que siempre hay hueco posible para dedicar unas líneas y desahogarme de los agobios del día a día. Sin embargo, hay tantos deberes que cumplir que se hace difícil encontrar ese hueco. Por eso, si no estoy, si no aparezco, si no escribo, no os preocupéis, no perdáis tiempo en cuestionaros mi ausencia, yo estoy en otra realidad, en una realidad que hay que estudiarla y aprobarla, y si no me equivoco, vosotros también.
2 comentarios:
¡Pero esto no siempre es verdad! A veces queremos tener mil horas al día y otras veces que el día pase rapidito. Pero sí, por lo general es lo primero. Cuando era pequeña y mis papis me llevaban a un parque de atracciones y me decían: "vamos a estar aquí hasta que se acabe el día", yo rezaba a Dios con todas mis fuerzas para que cambiara el día con un chasquido y no terminara nunca... Pero ahora que toca estudiar, espero que los días se pasen rapiditos hasta las vacaciones... :D
¿Sabes que me encanta que comentes mis estradas? Me siento útil y me gusta que entiendas lo que escribo, eso ya dice mucho de ti :)
Hombre, yo sé que no es siempre así, nada es siempre de ninguna forma, pero quizás si pido en estos días que los días sean largos para tener ese tiempo libre que los folios se han empeñado en ocupar. Y claro que pasen rápido, que sean las vacaciones, pero en nada estaremos releyendo esto el día antes de entrar a segundo de periodismo, y que espero que estemos en la misma clase :)
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